Artículos de abril de 2013

Autonomía catalana: del desfalco a la suspensión

Parece evidente que la Autonomía catalana ha pasado del desfalco a la quiebra. Ahora la Generalidad quiere que el Gobierno de España cubra su deuda y haga frente a los pagos que tiene pendientes con carácter de urgencia.

Y, mientras tanto, que no se toque el proceso independentista, que siga adelante financiado, claro está, por España.

No obstante, parece que ha llegado el momento de actuar.

Del desfalco a la quiebra, de la quiebra a la intervención (rescate), de la intervención a la suspensión  del régimen autonómico catalán, de la suspensión  del régimen autonómico catalán al restablecimiento de la soberanía nacional en ese territorio y sus instituciones, seguido del procesamiento de todos los responsables y beneficiarios del desfalco.

Todo ello dentro de la Constitución vigente y de acuerdo con la Constitución vigente.

Miguel Roca: el hombre de la transacción

Me inclino a pensar que el acuerdo entre las partes, ya firmado, prevé la anulación de todos los procesos abiertos y por abrir contra la Casa Real española y su entorno a cambio de la anulación de todos los procesos abiertos y por abrir contra la familia Pujol y su entorno.

Miguel Roca, a mis ojos personificación de la perfidia y la falsedad, será de nuevo el hombre de la transacción.

¿Y qué pasa entonces con el proyecto soberanista-independentista catalán?

Eso será ya objeto de otra transacción.

Ébole, agente separatista

A mi modo de ver, Jordi Ébole es un agente del separatismo catalán en los medios de comunicación de lengua española. Dirigido por un think tank  radicado en Sabadell y formado por catalanistas de una pretendida izquierda ilustrada, este desleal mensajero se  dedica a hurgar allí donde le indican sus mentores con un repertorio de  preguntas trampa elaborado expresamente para él, no por él. Por lo que he podido ver hasta ahora,  la  idea central de sus intervenciones es airear  deficiencias graves y muy graves de organismos de nuestra Administración y  sus dirigentes y, a partir de ahí, destacar e incluso ridiculizar  la ineficacia y las  malas prácticas de unos y otros.

España es una carcasa podrida. Aquí no funciona nada.

Jordi Ébole, en mi opinión cinismo y falsedad a partes iguales, aún no le ha clavado el diente a temas tan actuales y apetitosos en términos mediáticos  como la declaración independentista de Artur Mas y  las actividades económicas de la familia Pujol.

No es probable que lo haga. La tanca catalana es la tanca catalana.

 

Sabadell, mala piel…

Me malicio que tanto la destitución del alcalde Manuel Bustos como las dimisiones, «nolens volens», de los concejales Nicole Pans y Antonio Vega, flamenca ella y más bien andaluz él, responden a la misma dinámica,  incluso a la misma consigna.

Por suerte o por desgracia, aquí, en la «tanca» catalana, como en Vascongadas, todos nos conocemos y todos sabemos lo que piensan los que piensan.

Boxeo: «Róbale el pensamiento».

Terminado el primer asalto, los cuidadores suben al ring, donde cada uno de ellos  atiende a su pupilo. Uno de los púgiles es un filipino fuerte y macizo; se mueve como un pequeño pánzer y espera su ocasión  para acabar con el baile caribeño de su oponente, un cubano musculado y ágil que practica con habilidad e inteligencia  la gran máxima del boxeo: pegar y que no te peguen.

Hasta ahora, el filipino ha buscado inútilmente el in-fight  y ha tenido que limitarse a seguir y perseguir al cubano convertido en una sombra negra.

La pelea es asimétrica, pero, en cierto modo, equilibrada

Sentado en su rincón, el púgil filipino asiente con la cabeza a lo que le predica su cuidador, pero, según  parece, no pronuncia palabra. Se diría que sigue aferrado a su plan, convencido de que a la postre la victoria será para él.

Mientras tanto, el cubanito mira a su guía y cuidador,  que le sermonea en  el delicioso español del Caribe: «Muchacho, abre el libro; por favor, abre el libro. Róbale el pensamiento. Eso, róbale el pensamiento y no le dejes pensar».

El boxeo es sin duda una salvajada, pero no sólo eso. También puede verse como trasunto de la vida y no pocas de sus luchas.