De la intriga permanente a la segunda y última colonización de España

Zapatero y los suyos idearon un plan para deshacerse del fenicio que, mediante transferencias, les estaba comprando la independencia de Cataluña en fascículos y por estampas(1) con los votos de los trabajadores españoles del Principado inscritos en el PSC (Partido de los Separatistas Catalanes). En un primer momento pensaron enviar al fenicio a Turquía (no; a Marruecos, no), pero después decidieron dejarlo una temporadita en hibernación.

Mientras tanto pusieron a un charneguete, español vergonzante y púnico asimilado, al frente de la Generalidad de los Países Cataláunicos. Como el hombre era uno de los suyos, creyeron que con él podrían hablar a calzón quitado. A cambio, los de la barretina les metieron a Boca cerrada (Clos) en la Villa y Corte.

Pero el charneguete — unas veces Josep, otras José y siempre amontillado— resultó ser un agente doble, y es sabido que los agentes dobles sirven a dos señores y a ninguno. Ahí tienen, por ejemplo, a Josep Piqué, el de la eterna picadura en la espalda, a oscuras y con mano enguantada, a Valentí Puig, que, en vez de pensar y escribir lo que piensa, se dedica a amontonar palabras con las que ocultar sus hechos y sus intenciones en espera de que le nombren hereu (heredero) de lo que, si Dios y el rey no lo remedian, un día será el periódico del honorable Jordi Pujol en la ex capital de la ex España, y tantos otros de cuyos nombres no puedo olvidarme.

Estoy hablando de la segunda, última y definitiva colonización de España por los fenicios de las Terres de Ponent, una colonización que empezó hace varias décadas con la colocación de agenters dobles en puntos sensibles de nuestra piel de toro y siguió con el control progresivo e implacable de sus resortes de poder. Ahí están y ahí estamos.

¿Que qué vendrá después? Lo que todos sabemos y algunos desean. Puedo adelantar que su programa de colonización por transfererencias se extiende desde los trenes de cercanías hasta El Corte Inglés, pasando por puertos, aeropuertos y todo lo demás. Evidentemente, el núcleo duro corresponderá a la banca y, con ella, al Ministerio de Economía. Argumento: si España controla el Ejército; Cataluña debe controlar la economía. Y la controlará. Tiempo al tiempo.

Mientras tanto ellos mienten,
nosotros sabemos que mienten,
ellos saben que nosotros sabemos que mienten,
pero, aun así, ellos mienten
y siguen adelante.

(1) La expresión «por estampas», en vez de «por etapas», la aprendí de mi madre.  

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